El que parte y reparte se queda con la mejor parte.
Los que partieron y repartieron se quedaron para sí los trozos más grandes. No les menguaron las tajadas, desde luego, no como a los demás, e incluso se amañaron, valiéndose de esta argucia o a través de sus políticos, carniceros de deshueses y despojos,
para pillar más cacho de lo que tenían antes de la crisis.
para pillar más cacho de lo que tenían antes de la crisis.
1 comentario:
Es evidente que tanto artista como su forma de expresión son contemporáneos.
Un motivo es la cronología, que es actual; el otro, que la forma de expresión usada es la conceptual, es decir, la expresión de ideas y conceptos a través de la imagen, teniendo la obra un protagonismo menor que el concepto que expone. Pero, también, es actual el medio de difusión de las imágenes, la vía digital alejada de la sala de exposición, museo, etc., pero sin despreciar estos u otros espacios físicos, si se presentan.
Aún con todo, desde mi punto de vista, el conjunto de la obra tiene influencia del Romanticismo decimonónico y de la narrativa de lo oculto propia del periodo Románico.
Veo la influencia Romántica en los pensamientos sublimes que inspiran las realizaciones, en el altruismo, en la tragedia, en la altura de las ideas que difunden; aspectos que quedan ocultos en la narrativa de las obras trasladadas a imágenes digitales.
A ello se debe unir la utilización, en las obras, de objetos cuyo origen es pretérito y que generan imágenes evocadoras del pasado.
Los objetos que aparecen en las creaciones, recogidos del desecho, pertenecen al mundo artesanal, muy pocos son los que creó la industria, y ésta, la del siglo XX y antes de su mitad.
Como los románticos, que volvieron su mirada al medioevo, Ignacio vuelve atrás en el tiempo para expresarse.
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