jueves, 18 de abril de 2013

Así acabaron


TÍTULO
Alienado

Hacía ya tiempo que la puerta permanecía abierta. Se sentía mejor adentro, cuidado por su dueño, sin otro anhelo de libertad que una mirada perdida en la nada.



TÍTULO
Terminó ahogado en el pozo de su éxito

¡Llegó tan arriba¡ Desde allí olvidó que existía el suelo y creyó que ya no pertenecía al mundo de los mortales. Y en su delirio de Dios excavó un pozo profundo en el que se hundió para siempre.



TÍTULO
Máquina de lavar dinero

¿Quién lava la conciencia de los que lavan dinero?


TÍTULO
¿Nos veremos comiéndonos los codos?

 

domingo, 7 de abril de 2013

Por donde hemos venido


TÍTULO
Máquina de despedir empleados

Instrumental indispensable para el Departamento de Desechos Humanos (perdón, quise decir de Recursos Humanos).
El funcionamiento de este artilugio es muy sencillo. Basta con llamar al empleado elegido al despacho y, sin mediar explicación,  situarle mirando hacia la puerta de la calle. A continuación, con una mano, sostener firmemente la empuñadura y, con la otra, agarrar el fuste metálico. Seguidamente, con puntería, aplicar un movimiento seco, concluyente, con una trayectoria rotatoria ascendente, de abajo a arriba  de unos 90ª, dirigido a la entre-nalga del empleado que ya no lo es.
Basta con una sola aplicación. Se recomienda que el ejecutor caliente previamente, desentumezca el tren superior, para, en el momento crucial, evitar la lesión de tronchamiento húmero-acromio clavicular y no fallar en el intento de acompañar el certero golpe en el trasero con una palmadita en la espalda y un “good-bye”.
Precaución: Este aparato sólo puede ser manipulado por esbirros sin escrúpulos.




TÍTULO
Nos atrapan como ratas

Caímos en el cepo tentados por el cebo del dinero que pusieron a nuestro alcance, de paradójicamente recibir más de lo que se iba a pedir. "Pon la mano que nosotros te daremos", era la frase con la que nos empalagaban. Nos hicieron creer que podríamos salir de la trampa del endeudamiento con las mismas posibilidades y facilidad con la que entrábamos, ¡en cómodos plazos!
Al poco tiempo  todo cambió para siempre. Había sido un señuelo para dejarnos atrapar como ratas, capturados sin posibilidad alguna de salir.